martes, 14 de diciembre de 2010

SILVERCHAIR

Es turno de una banda procedente de Australia, que se formó cuando sus integrantes aún eran unos niñatos, en 1992, cuando estaba en pleno boom el grunge y las disqueras firmaban cualquier banda del genero esperando que se convirtiera en la próxima gran sensación.
Fue en ese contexto que Silverchair comenzó a sonar en la radio y sus vídeos rotar en MTV. En lo personal no tuve mucho interés por este grupo sino hasta que lanzaron en 1999 el Neon Ballroom y su sonido ya comenzaba a apartarse de aquella corriente musical que los vio nacer. Para el 2002, darían un paso gigantesco en cuanto a su forma de componer y al estilo que venían ofreciendo anteriormente. El vocalista y principal compositor Daniel Johns tomó la iniciativa e incluso en vez de componer en base a la guitarra, para el Diorama lo hizo con el piano y decidió implementar instrumentaciones en la mayoría de los cortes que conforman el plato; para lograr aquel sonido algo más atemporal, así como libre, se hizo de los servicios del canadiense David Bottrill para que se hiciera cargo de la producción.
El resultado final es por demás exquisito, que posee una intensidad interpretativa y nos revela toda una nueva cara dentro de este power-trío que con este disco levanta la mano y nos dice que aún tienen mucho que ofrecer; es la mezcla perfecta entre fuerza y delicadez, con momentos realmente luminosos y con grandes instrumentaciones, la voz de Johns dejando entrever el gran abanico de recursos que posee.
Por momentos realmente cálido y en otros denso, el piano se hace presente a lo largo de casi todo el disco, añadiéndole un toque más clásico.
Desde la genial portada, en la cual podemos apreciar un haz de luz se filtra por una puerta entreabierta y se descompone en los colores del arcoiris, podemos sentir esa calidez que quieren trasmitir, ojalá les agrade como a mí.



...I'm watching you watch over me, and I've got the greatest view from here






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